Para evitar esto, tras el receso producido por la Segunda Guerra Mundial se estableció un sistema de rotación de facto entre Europa y Sudamérica, los continentes con mayor tradición en la realización del torneo. A lo largo de la historia de la Copa Mundial se han utilizado diversos sistemas de competición para poder determinar al equipo que se coronará como el mejor del mundo. En caso de que haya empate, es el presidente del organismo el encargado de dirimir la situación.