No es la primera vez que la Reina Letizia recurre a este aguja andaluz que se mueve como pez en el agua en la moda flamenca, su territorio natural, del que en cambio no duda en salirse para adaptarse a quienes, como la monarca, gustan de los colores y estampados característicos de estos diseños, hablemos del colorido como al agua de la falda de hoy o del vestido de lunares que llevó para recibir en Madrid a Jill Biden hace un año, en la cumbre de la OTAN celebrada en la capital.