En aquel entonces contaba con jugadores muy talentosos como Sócrates, Zico, Toninho Cerezo, Falcão, entre otros dirigidos técnicamente por Telê Santana. En la Copa Mundial de Fútbol de 1982 celebrada en España, la selección brasileña partía como una de las favoritas. El jugador más destacado de Brasil fue el atacante Roberto Rivelino quien consiguió anotar tres goles para la selección. Brasil terminaría tercera en la tabla definitiva de la competición.