El rey Juan Carlos I dio la copa al capitán Carrete y el valencianismo celebró por todo lo alto este título tras varias temporadas mediocres. El equipo disputó la final con la equipación de la senyera y se logró la victoria con dos celebradísimos goles del matador Mario Alberto Kempes, logrando así que la Copa de 1979 se convirtiera en la quinta Copa para el club.